Perder peso de forma saludable

Las personas que padecen de sobrepeso tienden a sentirse mal consigo mismas. El motivo puede ser un problema de salud derivado del sobre peso, como por tener muy baja su autoestima. Estos factores hacen que muchas de ellas decidan ponerse a dieta .

A la hora de decidirnos por una dieta tendremos que aplicar el sentido común y no dejarnos obnubilar por recetas milagrosas que solo hacen que poner en peligro nuestra salud. Una opción razonable es visitar a nuestro médico de cabecera. Él sabrá que dieta aplicarnos según nuestra constitución y nuestro estilo de vida.

Las personas que padecen de sobrepeso tienden a sentirse mal consigo mismas. El motivo puede ser un problema de salud derivado del sobre peso, como por tener muy baja su autoestima. Estos factores hacen que muchas de ellas decidan ponerse a dieta .

A la hora de decidirnos por una dieta tendremos que aplicar el sentido común y no dejarnos obnubilar por recetas milagrosas que solo hacen que poner en peligro nuestra salud. Una opción razonable es visitar a nuestro médico de cabecera. Él sabrá que dieta aplicarnos según nuestra constitución y nuestro estilo de vida.

Por ejemplo, para una persona sedentaria que esté todo el día trabajando en su despacho se le podrá recetar una dieta de 1.200 calorías, pero esta será insuficiente si la persona tiene un trabajo muy activo.

No podemos olvidar que a la dieta se la tiene que ayudar con un poquito de ejercicio fisico. Si somos sedentarios tendremos que buscar la manera de hacer alguna actividad que nos ayude a conseguir nuestro peso ideal. La dieta necesita una pequeña ayuda. No hace falta apuntarnos a un gimnasio si somos de los que nos aburre soberanamente el deporte. Bastará con caminar de forma ligera durante media hora al día. Ir a pié al trabajo, aparcar el coche un poco más lejos de casa y subir las escaleras andando. Són pequeños hábitos que bastaran para incorporar el ejercicio a nuestra cotidianidad.

No hace falta pasar hambre
El motivo de que muchas personas abandonen todas las dietas que empiezan es el hecho de pasar hambre. Esto puede provocar ansiedad, cambios de humor y malestar general. No hace falta pasar hambre. Basta con cambiar nuestros habitos alimentarios. Si llegamos a casa muy tarde y estamos cansados podemos decidir poner unos espaguetis a cocinar, con lo buena que está la pasta! O podemos abrir una bolsa de ensalada (que actualmente ya se venden limpias y cortadas), unos tomatitos cherry y un poquito de queso de Burgos. El tiempo es el mismo y estaremos comiendo algo mucho más ligero.

Tenemos que acostumbrarnos que la carne y el pescado son el acompañamiento del plato, no a la inversa. Con 100 gr. de carne roja o 150 de pescado o carne blanca tenemos suficiente para cada comida. Esta carne o pescado la tenemos que acompañar con 250 gr. de verdura o ensalada y dos rebanadas finas de pan. En total es más de medio kilo de alimentos por comida, no hay peligro de pasar hambre.

Es importante hacer 5 comidas al día. Saltarnos la merienda, por ejemplo, sólo nos llevará a que cuando nuestro cuerpo vuelva a ingerir alimentos estos produzcan más grasas. Todo dietista recomienda habituarse a las cinco comidas. Desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. Esto no es sinónimo del «picoteo» que tanto engorda. Debemos comer estas cinco veces de manera regular para evitar así los ataques de ansiedad y los posteriores «atracones» que tanto mal hacen a nuestra fuerza de voluntad.

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