El enemigo número uno de la mujer es la celulitis desde que la sociedad presta especial atención a tener una buena figura como sinónimo de feminidad y de buena salud. Pero una vez implantada la celulitis en las piernas, muslos o trasero es muy difícil ocultarla y mucho más complicado eliminarla puesto que la dermis se vuelve flácida, desagradable a la vista y exige un gran esfuerzo para volver a su naturaleza.
Si has notado que tus piernas ya no lucen el mismo aspecto que tiempo atrás por causa de la celulitis es el momento de hacer algo para reducir sus efectos adversos. Tienes que mantener una constancia y una gran paciencia pero puedes tener la seguridad de que tu piel puede recuperar una gran parte de la tonicidad perdida. ¿Cómo? Aplícate estos consejos que te vamos a dar a continuación.
Ya conoces diversas maneras de combatir la celulitis bebiendo abundante agua al día, haciendo ejercicio a diario, cuidando que tu dieta sea rica en frutas y verduras y dando la espalda a los dulces, a las grasas y a la sal y dándote duchas de agua fría en las piernas para favorecer la buena circulación sanguínea de las mismas de tal manera que la celulitis perderá fuerza. Pero si con ello no basta, el método infalible pues, es ayudarte con los masajes para reducirla al máximo con resultados óptimos y sin sentir que estás perdiendo tu valioso tiempo, tu dinero y tus ilusiones por recuperar tu imagen. De esta forma, no sólo estás contribuyendo a reducir la celulitis sino que además, inviertes en salud porque la previenes en gran medida.
Eficacia de los masajes
Está más que comprobado que los masajes con productos anticelulíticos especialmente diseñados para reducir la celulitis por sus componentes ricos en sales minerales e hidratación son la fórmula perfecta para luchar contra la celulitis. Lo conveniente es siempre hacerlo como complemento de otras muchas acciones necesarias para que, en su conjunto, sean efectivas.
Los masajes suponen una ayuda importante para mejorar la circulación, para que tu piel luzca más tersa y suave, para que tu cuerpo se relaje de todo el estrés que pueda provocar su aparición, para tonificar los músculos y, sobre todo, para eliminar las grasas acumuladas que son las más culpables. Para notar sus efectos, se aconseja masajear todo el cuerpo cada día, exceptuando la cara.
Cómo masajear la celulitis
Aunque existen masajes anticelulíticos especiales, los más comunes son los realizados en casa por ti misma con un cepillo o guante especial.
Para empezar siempre tienes que hacerlo desde los pies hacia la parte superior del cuerpo, nunca viceversa porque es contraproducente. Siempre se debe seguir el sentido de la circulación sanguínea, por eso no olvides siempre aplicar las cremas en sentido ascendente y a ser posible, lo más suave posible, sin brusquedad, ni golpes, ni rapidez ni ejerciendo fuerza. Una mala aplicación puede ser más perjudicial que beneficiosa. Tenlo en cuenta.
Para ayudarte a conseguir tu objetivo prioritario de reducción de celulitis, debes saber que los masajes son siempre recomendables después de la ducha pero si los haces mientras tomas una agradable ducha con agua fría (lo cual también ayuda a decir adiós a la celulitis) disfrutarás de una sensación más placentera a la vez que terapéutica.
Tu masaje anticelulitis debe consistir en masajear la zona afectada durante 5 minutos (sin ningún producto) con el cepillo o guante hasta que la piel adquiera un color rojizo, con lo cual consigues activar el organismo y especialmente, el sistema linfático. A partir de entonces, debes entrar en acción con movimientos circulares. Al finalizar la sesión, es el momento de aplicar un aceite de jojoba, de hueso de albaricoque, de germen de trigo y esencias de romero y menta, ideales todos ellos para la eliminar de la celulitis, con las manos, con suavidad.
Los masajes son el complemento perfecto para tu propuesta anticelulítica no sólo por su eficacia probada sino por su efecto relajante general posterior.