La mayoría de personas sufren o han sufrido estrés en algún momento de su vida, y cada vez se extiende a más población y edades más tempranas. Solemos pensar que el estrés se reduce a tener preocupación por algo, pero es algo que afecta al sistema nervioso y es más complicado que el hecho de estar tenso. En realidad, el individuo siente ansiedad por causa de un desajuste en el sistema nervioso, y el sistema endocrino segrega unas hormonas llamadas adrenalina que producen cambios biológicos y fisiológicos en el organismo. El cuerpo intenta reaccionar ante una demanda externa que excede a los recursos disponibles, con lo que tarde o temprano termina afectando a la salud de la persona.
Esta amenaza constante que vive el cuerpo se traduce en tensión muscular, sobre todo en la zona de la nuca y lumbar, y en diversos síntomas que, si bien no constituyen peligro en el inicio, si pueden llegar a suponer un serio problema si se alargan en el tiempo, pues pueden dar lugar a dolencias más graves; por ejemplo, una persona que sufre estrés tiene taquicardias, cefaleas, acidez de estómago, disminución de la memoria y el rendimiento intelectual, aumento del nivel de glucosa, irritabilidad, problemas circulatorios, alteración del apetito, problemas de sueño…
La forma real de controlar estos síntomas y volver a la normalidad es a través de la relajación, aprendiendo a hacerlo uno mismo o a través de productos que nos ayuden a controlarlos, siempre que sean de origen natural y no tengan ningún efecto secundario. En realidad, lo más adecuado es combinar terapias de relajación con la toma de productos naturales con un alto contenido en vitamina B, consumo de plantas medicinales relajantes y estiramientos musculares.
Adentrándonos en los remedios a través de las plantas medicinales, que recibe el nombre de fitoterapia, son muy consumidas en todo el mundo la valeriana, pasiflora, espino, toronjil, salvia y romero. La valeriana es un excelente sedativo en estados de excitación y nerviosismo, muy eficaz como tranquilizante, permite conciliar el sueño con más facilidad y mejora su calidad al disminuir las obsesiones y preocupaciones. La pasiflora mejora y combate la ansiedad, y su efecto tranquilizante trabaja en el sistema nervioso y mejora el asma, las palpitaciones, la hipertensión y los calambres musculares. En cuanto al espino, es un antiespasmódico muscular y para el corazón, con importantes propiedades calmantes muy beneficiosas para problemas de tensión, sin provocar somnolencia. También trabaja sobre los trastornos del sueño, y es adecuado tanto para niños como para adultos.
Asimismo, si queremos que nuestra alimentación contribuya a la mejora del estrés, los productos a consumir deben ser biológicos, naturales, sin ningún tipo de añadido. Los que más convienen son los cereales integrales como el trigo y el arroz, frutas como la sandía, el melón, la naranja o la manzana, gramíneas y frutos secos como las almendras, nueces y avellanas, verduras y hortalizas tales como la lechuga, el brócoli, los rábanos y productos de hoja verde en general, y otros alimentos de elaboración artesanal, como la miel