Lo primero que debemos plantearnos a la hora de perder peso, es si realmente queremos hacerlo de por vida o simplemente perder un par de kilos de cara al buen tiempo. Si nuestra opción es la primera, entonces simplemente deberemos cambiar una serie de hábitos en nuestra alimentación y actividad diaria para que, casi sin darnos cuenta, podamos deshacernos de ese sobrepeso que no nos beneficia.
Simplemente, se trata de aplicar pequeños trucos que a la larga mejoran no sólo nuestra apariencia, sino nuestra salud en general.
Por ejemplo, es conveniente que utilicemos las versiones light o desnatadas de los productos; hoy en día, sólo se les quita la grasa, dejando sus nutrientes intactos. En este sentido, debemos optar por leche desnatada en vez de entera, y yogures 0 % de materia grasa. Para los que pasan mucho tiempo sentados delante del ordenador por su trabajo, es muy aconsejable que hagan sentadillas de vez en cuando, endureciendo la zona de los glúteos. Sobra decir que es preferible olvidarse del ascensor y caminar durante un rato tras las comidas, porque así se favorece la correcta digestión. Para evitar la ansiedad y el hambre desmedida, conviene tomar un vaso de agua antes de cada comida, ya que tiene efecto saciante.
Es importante beber mucha agua, o bien infusiones y zumos, ya que así hidrataremos el organismo, expulsaremos toxinas y nos sentiremos más llenos. Por otra parte, debemos fijarnos un mínimo de ocho horas diarias de sueño, porque está demostrado que dormir poco engorda, se estimula la hormona que provoca el apetito y se inhibe la que da al cerebro la sensación de saciedad. Para tener mayor sensación de saciedad es conveniente también utilizar platillos de postre a la hora de servirnos las raciones, así se come menos pero se tiene la sensación de que ingerimos mayor cantidad. En referencia a esto, un buen truco es masticar bien cada bocado, sin prisa, saboreando, ya que la sensación de saciedad llega al cerebro un cuarto de hora después de haber empezado a comer; por tanto, si comemos muy rápido, no tendremos la percepción de que estamos llenos.
A la hora de llegar a los postres, debemos decantarnos por frutas o infusiones, que nos aportan dulce pero no calorías vacías como los pasteles industriales. También podemos sustituir el pan blanco por el integral, igual de sabroso pero más saciante y con el doble de fibra. Es importante sobre todo no saltarse ninguna comida, ya que el cuerpo reaccionará acumulando más calorías en la ingesta siguiente. Hay que alimentarse cinco veces al día, porque así activaremos el metabolismo del cuerpo.
El principal consejo es no obsesionarse con el peso, es decir, si se tiene un gran problema de obesidad es mejor acudir a un especialista que aventurarse en dietas y trucos poco efectivos. Para aquellas personas que sólo necesitan quitarse un par de kilos de encima, los consejos anteriormente expuestos son de gran ayuda, teniendo en cuenta que si se quiere adelgazar bien, ha de hacerse de forma gradual y no existe ningún milagro. Es preferible pesarse una vez a la semana que hacerlo a diario, porque los progresos se verán más claramente. La variedad de alimentos y su preparación de forma sana (hervidos, a la plancha o al vapor) contribuirán en gran medida a que consigamos mantener la línea sin apenas darnos cuenta.