Esta técnica consiste en la introducción de sustancias dentro del organismo a través de la energía ultrasónica; su procedimiento es similar al de las corrientes de alta frecuencia, por lo que tiene de particular que se introducen en el organismos moléculas enteras. Estas moléculas se desdoblan en el interior de los tejidos objeto de tratamiento, en sustancias y radicales mediante procesos químicos naturales, y se mezclan con otros elementos existentes en el cuerpo. Básicamente, es un tratamiento transdérmico que utiliza los ultrasonidos para facilitar la penetración de los medicamentos aplicados de manera tópica. Se trata de una terapia muy importante, ya que la piel es el órgano más extenso que tenemos y podemos aprovechar esta circunstancia para potenciar los efectos de cualquier tratamiento.
El transporte de las sustancias a través de la piel dependerá de lo hidratada y sana que se encuentre ésta, la presencia de ácidos grasos, y la edad del paciente. Por tanto, la técnica será menos efectiva cuanto mayor sea la edad del individuo, ya que la superficie epidérmica es más seca en los pacientes mayores, la circulación y la cantidad de lípidos es más reducida, lo que dificulta la absorción de los medicamentos.
Tanto los ultrasonidos continuos como los pulsátiles lo que hacen es aumentar y potenciar la acción de los medicamentos aplicados por vía tópica. El calor que genera el ultrasonido hace que las aumenten su energía cinética entre ellas, se dilatan los puntos de entrada a través de los folículos pilosos y las glándulas sudoríparas, y aumenta la circulación de la zona, lo que ayuda a una mayor difusión de la sustancia a aplicar (principalmente porque aumenta la permeabilidad de la membrana). La ventaja que prevalece en la aplicación de la sonoforesis, es que al carecer de carga eléctrica, no se producen efectos secundarios electroquímicos.
Los medicamentos más utilizados en la sonoforesis son: analgésicos (entre ellos la lidocaína, que bloquean los receptores del dolor); sustancias irritantes (por ejemplo el mentol, que también se utiliza en la inhibición del dolor); antinflamatorios no esteroideos (salicilatos) o esteroideos (hidrocortisona).
Además de para fines fisioterapéuticos, para aliviar dolores e inflamaciones, la aplicación de la sonoforesis también se ha extendido al plano estético, y es utilizado en centros de belleza para ayudar a la erradicación de la celulitis y de las arrugas. Gracias al procedimiento, los productos aplicados penetran con mayor efecto y los resultados se ven más clara y rápidamente. Asimismo, se utiliza para tratamientos dermatológicos, tratar el acné y la piel grasa, pigmentaciones en la piel, tonicidad e hidratación profunda. En cuanto a tratamientos corporales, su efectividad ha quedado demostrada en problemas como la flaccidez, utilizándose para reducir grasas, tonificar y moldear los músculos, y oxigenar la piel.
La sonoforesis sólo está contraindicada en pacientes que sufran algún tipo de patología cardiaca, como por ejemplo los que lleven marcapasos, en mujeres embarazadas y en zonas del cuerpo como los ojos, tejido testicular, zonas con implantes metálicos o que hayan sufrido una fractura recientemente.