Termalismo

En primer lugar, hay que decir que la tendencia en cuanto a salud y belleza se refiere, se ha decantado en los últimos años por un paso hacia lo natural y tradicional, donde las terapias a base de elementos de la naturaleza, como el caso del agua, adquieren cada vez más adeptos. En el caso que nos ocupa, el termalismo se podría definir como un conjunto de actividades que se llevan a cabo en centros en los que disponen de recursos naturales, como aguas medicinales, vapores, gases, microclimas de montaña y de mar, y que son utilizados terapéuticamente para prevenir, recuperar y rehabilitar la salud de los pacientes. Estos centros deben tener personal cualificado y las instalaciones tienen que estar en perfecto estado tanto higiénico como actualizado, para que se puedan realizar con plena confianza todas las terapias de carácter médico, recreativo, deportivo o de bienestar.

Los principales destinatarios de este tipo de centros suelen ser personas que tienen enfermedades crónicas no agudizadas, o bien convalecientes de intervenciones quirúrgicas, en proceso de rehabilitación. Del mismo modo, las personas de la tercera edad con alguna patología relacionada sobre todo con la estructura ósea y el aparato locomotor, suelen frecuentar estos lugares. También suelen visitarlos mucho las personas que por su trabajo sufren de estrés, como los ejecutivos; las personas que quieren tener su cuerpo en forma y que son entusiastas de la vida saludable ven en estos centros un modo de equilibrar el organismo, porque también ayudan en la lucha contra los kilos de más. Se da la tendencia creciente de familias con niños que acuden a los centros de tratamientos termales buscando lugares naturales donde además encuentren instalaciones y actividades que los más pequeños puedan realizar. Las mujeres son un gran colectivo usuario de este servicio, porque, además de los tratamientos de belleza que puedan recibir (dermatológicos, anticelulíticos, adelgazantes), se da la circunstancia de que muchos ginecólogos recomiendan el termalismo en el período post- parto. Por último, hay spas y balnearios muy románticos, en marcos inmejorables, donde suelen acudir parejas de lunas de miel.

Por otro lado, muchas empresas utilizan estos centros de salud y relajamiento para realizar reuniones de tipo team building (o cohesión de equipo), y contratan alojamientos en los mismos. Con esto se logra que los ejecutivos que acuden a algún congreso puedan hacer uso de las instalaciones para relajarse al final del día, o bien buscar lugares tranquilos y apartados del ruidoso centro de las ciudades. Además, con ello se consigue un mayor rendimiento y concentración de los trabajadores.

Las aplicaciones son múltiples, ya que cada manantial termal tiene una función propia, como hemos dicho anteriormente: piel, vías respiratorias, articulaciones, belleza… El médico y los técnicos del centro, que se encargan de analizar las propiedades del agua, son los que dictaminarán el tratamiento adecuado para cada paciente según su edad, su actividad física y sus síntomas. De todas formas, no hace falta estar enfermo para acudir a un centro termal, simplemente la necesidad de bienestar y descanso es lo que atrae a muchas personas a recibir este tipo de terapias.

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